No se puede vivir de
la potencialidad turística.
Recientemente,
estuve escuchando algunas presentaciones de políticos y profesionales o
responsables de gestión turística, en las que se exaltaba un patriotismo basado
en la estética, de su territorio, y convencidos que los visitantes cuando
pasaban sus vacaciones, quedaban gratamente sorprendidos, por lo que estaban
seguros, que el futuro lo tienen garantizado, pero claro no entendían muy bien,
porque la demanda todavía no estaba de acuerdo con su percepción.
Hace
años, recuerdo una anécdota, cuando aterrice en una comarca rural, para tratar
de emprender iniciativas turísticas y me reuní con el líder turístico local, es
decir el hostelero que mas años llevaba ejerciendo su actividad. Cuando observe
que la afluencia de turistas y su estancia era muy pequeña y cuando había indicios
claros de incremento de la oferta, le propuse abrir una oficina comercial en
origen, es decir donde se concentraba quizás el casi 70 – 80 % de la demanda.
La
respuesta fue muy ilustrativa, y era una fotografía de un pensamiento a veces
generalizado. Pues, en pocas palabras, me dio una respuesta negativa, ya que entendía
que esa propuesta no tenía sentido, (Hablo de los años 90, cuando la operación on-line,
era casi desconocida), porque según su argumento, aquellos turistas que no
llegaban a su zona, era porque no querían o no les interesaba, ya que su pueblo
y comarca eran de sobra, conocidos.
Si
bien, parecía una contradicción, el hecho que teniendo un entorno tan
potencial, no viniesen el número de turistas deseado, para él, era una cuestión
de gustos. En los siguientes 12 años, el volumen de la oferta creció exponencialmente,
con casi un 90% mas de plazas alojativas, pero sin embargo la demanda apenas debió
crecer un 10 o 20 %, para luego en estos últimos años retroceder, al igual que
en los demás destinos turísticos.
No
entendió el mensaje, que el propio mercado le estaba dando y que con el mero
sentido común, le hubiese dado respuesta.
El
aislamiento y la falta de capacitación profesional o educación (tan denostada
para muchos de ellos), les ha impedido evaluar objetivamente, en función de la
demanda, obcecarse con su potencialidad relativa (pero desconocida en términos absolutos)
y fallar, precisamente en lo que creo, es el factor calve del éxito, “ el saber hacer”, el “Know-how”, como ayer mismo en el VIII
Foro Hosteltur sobre Rentabilidad, se enfatizo en mas de una ocasión.
Son
muchos municipios rurales, en muchos lugares del mundo y en concreto en Iberoamérica
(España, Portugal y Latinoamérica), que han pensado y actuado, creyendo que su
territorio, sus recursos y sus gentes, eran los mejores, los mas bonitos y que prácticamente,
la cuestión era desarrollar una infraestructura turística y promocionarse con
algunos folletos, ferias y ahora con una web con muchas fotos,….así como organizar
algunas fiestas populares, sin duda, únicas en la Región, País y hasta del
mundo….según fuesen sus ambiciones.
Y
si hiciésemos una fotografía general, veríamos que precisamente aquellos
destinos, empresas y ofertas turísticas, que han invertido precisamente en un
desarrollo y gestión más inteligente, objetiva, y con criterios turísticos, son
las que mejores resultados tienen.
Puede
que sea cierto, que cualquier municipio pueda ser turístico, que cualquier lugar
del planeta, pueda ser atractivo para los visitantes, pero independientemente
de su nivel de atracción, la clave es el acceso al mercado, localización, la diferenciación,
y la gestión de la hospitalidad y del entorno.
No
es solo una cuestión monetaria, sino de inversiones eficientes, inteligentes,
donde el recurso humano, es vital para el éxito. Recuerden que quien fabrica y
vende las emociones, para los visitantes, son precisamente también personas,
pero profesionales especializados.
Un
cordial saludo,
Arturo
Crosby
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