No necesariamente, el ecoturismo se relaciona exclusivamente con espacios naturales protegidos
Independientemente de las diferentes definiciones del término, sino mas bien basándonos en el concepto y los objetivos del denominado ecoturismo, creo que ya es hora de hacer cambios relevantes, que sirvan para re-inventarse y cumplir mejor con los fines, por los cuales este turismo surgió.
Ante todo, destacar dos objetivos, claros. Por un lado, dar una respuesta a una demanda, que existe desde hace muchas décadas y desde luego del siglo pasado, como mínimo, que busca la naturaleza, en todo su concepto, pero especialmente aquellos lugares, muy conservados y con muy poca presencia humana o más bien antrópica.
Por supuesto, hay que tener en cuenta que la sociedad ha evolucionado y lo seguirá haciendo y por tanto esta demanda, también lo ha hecho y consecuentemente sus expectativas ya no son lo predecibles y homogéneas, como antes lo eran.
Por otro lado, debido a la escasez de fondos económicos para cubrir la preservación, regeneración y gestión de las numerosas áreas naturales protegidas y a proteger, se ideó, como la actividad turística, podría suponer una destacada fuente de ingresos económicos, que podrían incidir directamente en los numerosos proyectos de conservación del medio natural. Por tanto desde el coste por ingresos a los espacios protegidos, los servicios de guías, la caza y pesca controlada, así como los alojamientos turísticos, eran inputs, muy valiosos, para equilibrar una balanza económica, muy escorada a la falta de presupuesto.
Quizás, faltaría añadir la componente educativa y de sensibilización, que va a caballo entre ambos, pero que siempre ha sido una bandera de socialización de los espacios naturales públicos, observándolos como pertenecientes a los ciudadanos.
En general, podemos afirmar por tanto que se persigue la conservación del medio natural, a través de una actividad productiva, como es el turismo. Y de aquí se desprende el hecho de tener que compatibilizar ambas reglas de juego, que no siempre van de la mano: Desarrollo sostenible, pero evidentemente rentable, competitivo, porque de otra forma no funcionaria.
Como antes, comentaba, la demanda del ecoturismo ha evolucionado bastante y lo seguirá haciendo, convirtiéndose cada vez más en un turismo “verde” (green demand), lo que hace que este segmento se super-segmente cada vez mucho mas, definiendo nichos, que hasta hace poco, no estaban identificados.
Por tanto no necesariamente el ecoturismo se relacionara exclusivamente con espacios naturales protegidos, como parques nacionales, naturales, reservas de la Biosfera, etc…sino que se irán incorporando nuevas formas de ofertas turísticas, que incluirán elementos diferenciados y diferenciadores de su estrategia y apuesta por lo “verde”. Esto conlleva que tanto destinos urbanos, sol y playa, como culturales, se irán apuntando a este “carro verde”, que responde a unas necesidades y expectativas sociales, que ya, no son solo una moda, sino que está siendo absorbido por las propias reglas del juego del mercado.
Como hecho positivo, es interesante señalar que la apuesta por introducir factores de mejora ambiental, en la cadena de producción/valor, turística, siempre es positivo, para el medio natural, así como para la propia sociedad, benefactora y victima directa, de éste.
Este paso evolutivo, esta provocando una serie de cambios en el diseño del ecoturismo y en su gestión, incorporando elementos, que antes, se presuponían fuera de esta tipología, como el elemento humano, con todas sus manifestaciones (aplicación de la ecología humana, en el diseño y desarrollo turístico: productos y experiencias turísticas), la relación social (implicación de las comunidades o poblaciones locales), psicológica (bienestar, salud,…), cultural (tangible e intangible, muy relacionada con la ecología humana), ambiental (relación productiva con el entorno,…), educativa (formal e informal), etc.
Y por tanto deberá también, producirse un cambio en el diseño de la oferta y sus estrategias de comunicación.
Tengan en cuenta, que de facto, ya nos encontramos en una realidad, donde los consumidores o usuarios, cada vez tienen más poder de control y por tanto incidencia en los oferentes y la tendencia está marcada o caracterizada por buscar respuestas a unas necesidades sociales e individuales, mucho más relacionadas con una deseada realidad más verde, que sea consumida o percibida, aunque sea puntualmente, pero que le aporte un gran valor añadido a su estadía en un destino turístico, generando un mayor y mejor bienestar.
Que lastima, que los responsables de la Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial, todavía no sepan valorar estas necesidades y expectativas sociales y se queden, básicamente en el green washing, en vez de apostar mas seriamente. ¡Seguro que también evolucionaran, pronto!
Les dejo, aquí con esta reflexión y reciban un cordial saludo
Arturo Crosby
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